En los últimos días quedó demostrado porque no se concretó la “tan ansiada unidad” entre las fuerzas opositoras. Tras el fallido acuerdo de unión entre el Partido de Restauración Democrática (PRD) y Ciudadanos por la Libertad (CxL), han surgido una serie de acusaciones, recriminaciones y señalamientos que solo confirman porque no se concretó la unidad.
En uno de los bandos se dice que lo que busca el otro no es ganar las elecciones, sino únicamente convertirse en la segunda fuerza política del país; y a lo interno del otro grupo algunos aseguran que no necesitan a nadie para ganar las elecciones.
Estos señalamientos dejan claro porque no se pudo consolidar la unidad: porque los dirigentes políticos no confían entre ellos. Además, creen que no necesitan del otro para enfrentar a la dictadura en las elecciones del 7 de noviembre.
No hubo unidad porque para que se diera, primero había que haber fraternidad.
En reiteradas ocasiones dije que la unión de la oposición ayudaría a canalizar mejor los votos; pero, sobre todo, que generaría un sentimiento de esperanza en la población, al demostrar que las diferencias se podían dejar a un lado.
Lamentablemente en lugar de dejar a un lado las diferencias, estas se profundizaron. Durante el congreso que el PRD celebró el sábado 15 de mayo, en lugar de enfocarse en los planes para derrotar a la dictadura se habló más a los “otros”. Se criticaron sus deseos, de ser segundones, de querer volver al modelo de convivencia previo a abril de 2018 y del supuesto aterrizaje suave que quieren para el dictador.
Estoy en esta lucha para ganar
Quiero asegurar que estoy en esta lucha para ganar; y si al final hay segundos o terceros, serán los sandinistas. También reitero que estoy en esta lucha por los caídos y sus madres que exigen justicia; por la liberación de los presos políticos y por el retorno seguro de los exiliados; y no para regresar a ningún tipo de privilegios, que además nunca he defendido.
Hago esta aclaración para dejar sentada mi postura. Pero también para resaltar la enorme equivocación que cometen los políticos que —de un lado y del otro— denigran al contendiente, mientras Ortega disfruta de estos ataques.
También están los otros, los que sin tomar acción esperan que, sin involucrarse, la cosas caigan como por arte de magia.
Estos días han sido como los minutos previos al inicio de una pelea de boxeo. Los luchadores se pelan los dientes, muestran sus bíceps; o como lo hizo Aaron Pryor ante Alexis Argüello, amenazan con la mirada y con el guante levantado.
Todos estamos cayendo en este juego de ring, cuyas reglas las está poniendo Ortega a su antojo. Él está decidiendo cuántos rounds tendrá la pelea, cuántos minutos durará cada round y a quién salvará la campana. Pero al verdadero contrincante de la pelea no lo estamos viendo; solo vemos al otro y solo nos interesa pegarle más fuerte para sacarlo del juego para quedar como el supuesto ganador.
En lugar de denigrar compitamos
De aquí en adelante, en lugar de denigrar al contendiente, lo que debemos hacer es una competencia sana entre los opositores; para disputar en buena lid la candidatura única a la Presidencia de la República.
Esa competencia sana se logra intercambiando ideas, debatiendo públicamente y demostrando de qué estamos hecho cada uno de los precandidatos. Demos hacer públicas las ideas que tenemos para sacar al país de la crisis política y económica que enfrenta. Así la gente podrá apreciar, aprender y tendrá la información necesaria para elegir al que considere más indicado para competir por la presidencia.
Acto seguido, se deben recolectar datos mediante encuestas que recojan el nivel de popularidad de cada precandidato; también, la percepción de la población sobre las cualidades que tiene cada uno para gobernar.
Entonces lo que debemos hacer ahora, es movernos a una pista de carreras donde los precandidatos corramos en la competencia de las ideas. Y no entrar al ring donde Ortega nos quiere meter a una pelea dominada con sus reglas mañosas.
Tenemos que ir a correr y competir en una pista igual para todos, frente a la población que es la que tiene el derecho de decidir quién es el más apto y apropiado para ganar la candidatura; para que luego gobierne para enrumbar a Nicaragua hacia el futuro anhelado.
Legitimemos la elección del candidato único
Con esta competencia sana demostraremos que en Nicaragua existe una oposición seria; que contrasta con una dictadura cada vez más ausente de las necesidades de los nicaragüenses. Esa competencia sana también daría muestra de que somos capaces de hacer algo mejor de lo que hasta ahora se ha venido haciendo: atacarnos entre sí y tratar de demostrar que los verdaderos opositores están solo en uno de los bandos.
Si logramos establecer ese mecanismo de competencia sana, estaremos haciendo unidad en la acción y legitimaremos el proceso interno de selección del líder de la oposición. Esto es muy relevante porque le daríamos esperanza a la población; inspiraríamos a la gente a hacer uso del poder que les otorga el voto; y con ello evitaríamos uno de los principales problemas que se puede presentar, el potencial abstencionismo que podría caracterizar las elecciones del 7 de noviembre.
Cada vez que alguien dice “el verdadero opositor soy yo y aquel es un vendido”; “solos podemos vencer a Ortega”; o “mejor solos que mal acompañados”, le genera desesperanza a la población.
Esas frases le dan motivos a la gente para que opte por no participar; reducen la posibilidad de una participación masiva en el proceso electoral y nos dañan a todos. Esas afirmaciones solo benefician al dictador que desde un palco disfruta viendo como la cizaña de la división que sembró está germinado. De nosotros depende separar la cizaña del trigo bueno, para que muy pronto podamos recoger una buena cosecha que nos asegurará la paz y la libertad.
4 respuestas a «Es momento de competir no de denigrar»
Para ganar es definitivo un mensaje que recoja las aspiraciones de Abril !salir de la dictadura ! pero como no se puede dé un solo tajo las etapas serían (1) Ganar las elecciones con mayoría parlamentaria (2) Un ejecutivo con administración eficiente y sobre todo decir la verdad
La pregunta es si la Kitty Monterrey aceptaría que en esa selección de candidatos presidenciales dejen que también corran en esa selección a los candidatos de la alianza cívica y PRD es decir todos los candidatos en general y se haga una elecciones con voto popular por medio informático poniendo los votantes su nombre y número de cédula más de número celular y que en ese sistema informático se sepa quien voto y que no vuelva a votar nuevamente es decir un sistema que cuando ponga su número celular si ya voto y desea repetir el voto se anule automáticamente por dicho sistema y de esa manera se escogerá a quien irá a las elecciones cómo? El que quedé de primero como presidente y el segundo vicepresidente pero a cómo preguntó nuevamente aceptaría eso la Kitty Monterrey para unir los votos y no dividir ya que no hay necesidad de integrar una unidad ya que los candidatos deberán renunciar a sus partidos e ir independientemente si aman a Nicaragua es la única forma de que el voto sea unidos y no estar en serruchadera gracias
Gracias Juan Sebastián, comparto contigo tus escritos. Espero Dios lo siga iluminando para con sus ideas y letras puedas aliviar el dolor y tristeza que el pueblo experimenta ante la falta de líderes, especialmente de los que están frente a un partido político, creyéndose que con su personería jurídica, ya tiene todo. Qué equivocados que están? Saludos
Un atinado análisis. No obstante, Juan Sebastián en política como en todas las cosas, hay que saber leer e interpretar las señales. En lo personal, me hubiese gustado ver en las diversas conferencias una mayor energía de tu parte en defensa de la unidad. Por otra parte, los mensajes de Arturo cruz, quizás por estrategia, arrogándose de ser el candidato de CxL e invitando a conversar a Cristiana Chamorro sobre una posible fórmula no deja de llamar mucho la atención. Ante este escenario, tu parentesco con ella, se constituye en una fuerte limitación para tus aspiraciones dentro del CxL. Tanto la capacidad como la intención, se vuelven vitales para una buena escogencia.
En tu caso, creo que podrías llegar a ser un buen presidente. Sin ánimo de intriga o mala intención, debes asegurarte que la metodología y procedimientos que aprobaron dentro del CxL realmente funcionen y que no te salgan con el cuento que ganaron tiempo con tu precandidarura y que el CSE de don Daniel Ortega, también les adelantó la hora. Ánimo y muchos éxitos