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Historia

La batalla del 23 de Noviembre de 1856

Introducción


Transcurría el domingo 23 de Noviembre de 1856 y Nicaragua vivía las horas más oscuras de su historia. Ardía Granada y si bien las fuerzas nicaragüenses empezaban a tomar la iniciativa, con el apoyo de las fuerzas centroamericanas, el país estaba en ruinas. Si bien la retirada de los filibusteros de Granada era un cambio importante en el desarrollo de la Guerra Nacional, Walker no estaba vendiendo barata su derrota. Dominaba todavía el sur de Nicaragua y más importante aún, la Ruta del Tránsito que le permitía abastecerse de pertrechos, dinero y reclutas desde los Estados Unidos. La batalla naval del 23 de Noviembre de 1856 fue un intento de quitarle a Walker el control de San Juan del Sur y por consiguiente la salida al Pacífico de la Ruta del Tránsito. La batalla, sin embargo, terminó convirtiéndose en una victoria para Walker y dilató por unos meses la derrota final del invasor filibustero.
En la batalla naval del 23 de Noviembre, la primera y más importante en Nicaragua , se enfrentaron en las afueras de San Juan del Sur dos embarcaciones; por el lado filibustero, el pailebote Granada y por Costa Rica el bergantín 11 de Abril. En las siguientes páginas se detallan los pormenores de este evento casi olvidado, así como sus protagonistas.
Las embarcaciones de la batalla naval del 23 de Noviembre
El pailebote Granada, originalmente bautizado como Comet, fue construido en 1840 por John W. Richardson de Maryland y tuvo inicialmente a Baltimore como puerto de registro. Tenía 71 pies de eslora, 19 de manga y un casco de 6 pies 8 pulgadas de altura. Sirvió en la bahía de Chesapeake bajo las órdenes de la empresa John Guyter and Co., quien lo vendió a un aventurero que buscaba oro en California.
El Comet cruzó el cabo de Hornos a inicios de 1850. El Daily Alta California, en su edición del 27 de marzo de 1850, informó que el Comet había llegado a San Francisco el día anterior. El pailebote había salido de Baltimore, hizo una parada en la isla Juan Fernandez y le tomó 133 días llegar. Según el reporte, el pailebote había llegado comandado por el Capitán Dowling. Unos años después, lo compró el comerciante costarricense Pedro Alvarado quien lo rebautizó San José. Alvarado usó el barco para comerciar entre los puertos de Centroamérica y apoyar cruzadas políticas. Trasladó a Francisco Castellón de Honduras al Realejo en su invasión contra los legitimistas junto con otros exiliados, el 5 de mayo de 1854. Igualmente transportó a Santos Guardiola de Istapa a San Juan del Sur en su campaña de apoyo a los legitimistas. Alvarado a su vez lo vendió al comerciante del Occidente de Nicaragua Mariano Salazar, quien apoyaba la causa filibustera. Al tomar el poder Walker, Salazar se asoció con el ciudadano norteamericano Gilbert Morton, el mismo que había guiado a Walker en el bergantín Vesta de El Salvador hasta El Realejo en su viaje inicial a Nicaragua. Ambos socios consiguieron del vicecónsul americano en el Realejo, Jauffreaux, una patente de navegación para poder ondear la bandera norteamericana. Este cambio de bandera le aseguraba a Salazar cierta protección, o al menos eso pensaba. El 19 de Junio de 1856 el San José llegó a San Juan del Sur con $6,000 Dólares en mercadería y presentando problemas para navegar. Walker lo confiscó aduciendo que el barco no tenía sus papeles en regla y que más bien se estaba abusando del pabellón norteamericano. Morton publicó una serie de documentos en el New York Herald en Enero de 1857 que incluía una declaratoria del vice cónsul americano C.C Fitzgerald en San Juan del Sur, que demostraba la ilegalidad de la confiscación. A pesar de todo, Walker la confiscó a favor del “Gobierno” de Nicaragua y la convirtió en goleta de guerra poniéndole dos cañones de seis libras y nombrando al Teniente Callender I. Fayssoux como su comandante.
El Bergantín 11 de Abril se llamaba originalmente Dover y había sido construido, al igual que el Granada, alrededor de 1840 en Baltimore. El barco pesaba 166.7 toneladas y medía 85 pies de eslora y 23 de manga. Los mástiles se elevaban 75 pies de altura y tenían 15 pulgadas de grosor. Como los barcos americanos de su época, fue construido de pino y roble blanco americano.
Entre 1843 y 1847 se registra que el Dover hacía la travesía entre Boston y Baltimore con cierta regularidad. En Agosto de 1844 el Boston Courrier y Boston Evening Transcript informaban que mientras el bergantín estaba en Boston, marineros del barco salvaron a una niña de siete años que había caído al agua. Después de 1848 el Dover no aparece en registros de llegadas a Boston ni Baltimore. Al igual que el Comet, el Dover hizo la travesía por el Cabo de Hornos en 1850, siguiendo la fiebre del oro de California. El 24 de Agosto de 1850 el Sacramento Transcrip publicó la información proveniente de San Francisco que el Dover, comandado por el Capitan Howes, había arribado el 20 de Agosto pasado, proveniente de Boston, y que la travesía había tomado 163 días. Información del Dover vuelve aparecer después del incendio de 1851 de San Francisco, cuando el dueño lo puso a la disposición como bodega.
Entre 1853 y 1856 el Dover hacía viajes rutinarios entre Puntarenas, Costa Rica, y San Francisco, transportando café y otras mercancías. El 8 de Agosto de 1855 el Sacramento Daily Union anunció la llegada del bergantín proveniente de Puntarenas, Costa Rica, después de visitar Valparaíso y Guayaquil.
En varias ocasiones, los dueños anunciaron que el bergantín estaba a la venta; en Febrero de 1851 varios anuncios firmados por John Monke & Co decía que el barco “ya estaba listo para navegar”. El 15 de marzo de 1853 un anuncio firmado por Willard Barker decía que “al haber fallado en sus ofertas por parte de los interesados en el bergantín, éste se encuentra a la venta. Su estado es perfecto desde la quilla a los mástiles y con cobre nuevo. A aquellos que estén interesado de pagar en cuotas o tocarlo antes de depositar el dinero, se les solicita con mucho respeto alejarse del muelle”.
Más tarde, en marzo de 1854 se anunciaba que estaba a la venta y que “podía ir al mar por una pequeña suma”. El 25 de Septiembre se publicó en los diarios de San Francisco la llegada del barco procedente de Costa Rica con 10 mil libras de café.
El último viaje que el barco realizó entre Costa Rica y California fue en julio de 1856. Arribó a Puntarenas el 15 de julio de 1856 con mercadería de la compañía Beeche, que había comprado el barco. El bergantín presentaba problemas en su casco y le entraba agua, razón por la cual se quedó más tiempo de lo previsto en el puerto. El Presidente Mora, quien estaba emparentado, por su sobrina Dorila Arguello Mora, con el chileno Eduardo Beeche Arana, le propuso a la empresa comprarle el barco y le instruyó a su ministro de Hacienda suscribir el contrato, el que fue firmado cuando el barco ya iba rumbo a Nicaragua. Los términos del contrato fueron que ¨ El Gobierno acepta y se pagará de la siguiente manera: al 20 de Diciembre de 1856 se pagarán 1,500 pesos y el 20 de Octubre de 1857 la cantidad de 3,500 pesos. Esta deuda tendrá un recargo del cinco por ciento de interés.¨
Mora ya había dispuesto el nuevo nombre de 11 de Abril mediante decreto del 27 de Octubre, en honor a la primera batalla de Rivas. La embarcación fue embarrancada en el estero y reparada a un costo de doscientos sesenta y dos pesos con cuatro reales, prestados por un señor Wallis, según carta del Intendente del Puerto de Puntarenas Manuel Cañas
El 3 de Noviembre se nombró Comandante al joven Antonio Valle Riestra y Albarracín. El 11 de Abril fue artillado con cuatro cañones de bronce de nueve libras.
Un total de 114 hombres a bordo zarparon en la madrugada del día 11 de Noviembre de 1856, hacia San Juan del Sur, con las órdenes expresas de tomarse militarmente el puerto.
Como se puede apreciar, la batalla del 23 de Noviembre de 1856 se realizó entre embarcaciones radicalmente diferentes. Ambas embarcaciones diferían drásticamente en su tamaño, armamento y configuración de velas. Medido por la fuerza bruta de su tamaño y armamento, el 11 de Abril llevaba las de ganar al tener más del doble de la capacidad del Granada en artillería y fusilería. La goleta, sin embargo, contaba con la agilidad que carecía el bergantín y una tripulación de mayor experiencia y mejor entrenada. Estos dos elementos fueron cruciales para el desenlace final de la batalla.
Los protagonistas
Callender Irvine Fayssoux nació en San Luis, Missouri, el 1 de Noviembre de 1820 y provenía de una vieja familia de Carolina del Sur. Su abuelo paterno, Peter Fayssoux (1745-1795) había nacido en Francia y fue Cirujano General del Ejército de los Estados Unidos durante la guerra de independencia. Fue además el primer presidente de la Asociación de Médicos de Carolina del Sur. El abuelo materno de Fayssoux fue el Brigadier General William Irvine (1741-1804) del Ejército Continental y colaborador cercano de George Washington. Irvine comandó una brigada en la travesía del río Delaware con Washington a la cabeza. Irvine fue además representante por Pensilvania en el Congreso Constitucional y fue miembro de la Cámara de Representantes.
Fayssoux inició su carrera militar en Texas. Al declararse la independencia de México después de la rendición de Santa Ana, se creó la fuerza naval de esta nueva república, poniendo al mando al Comodoro Edwin Ward Moore. Moore, en alianza con rebeldes de Yucatán entraron en hostilidades con la fuerza naval mexicana, que terminó en la batalla de Campeche del 16 de Mayo de 1843. Aunque la batalla no fue decisiva a pesar que los mexicanos contaban con dos vapores de metal hechos en Inglaterra, los marinos tejanos fueron recibidos como héroes.
Fayssoux participó luego como recluta en las dos expediciones del General Narciso López a Cuba, en un intento, de acuerdo a algunos historiadores, de anexar la isla al sur de Estados Unidos. Según cuenta la historia, el vapor Creole que transportaban las fuerzas de la expedición de 1850 encalló en un banco de arena muy cerca al muelle, quedando a merced de los centinelas de la ciudad de Cárdenas, Matanzas. Fayssoux saltó al agua con una cuerda entre los dientes y sujetó la embarcación al muelle lo que permitió que la expedición pudiera desembarcar. La expedición, sin embargo, terminó en un fracaso. Por su participación en esta fallida expedición López fue condenado a muerte en el garrote vil. La expedición sí dejó algo memorable; la bandera ondeada por López en esta acción se convertiría en la bandera cubana de hoy día.
No se encuentran registros de cómo fue reclutado Fayssoux a las huestes filibusteras de Walker, pero muy probablemente haya sido por su participación en la expedición a Cuba. Fayssoux aparece por primera vez mencionado en el libro de Walker cuando en Julio de 1856 se apoderan los filibusteros del pailebote San José y lo nombra su comandante con rango de Teniente.
Inmediatamente después de su nombramiento Fayssoux formó su tropa y se hizo a la mar, patrullando desde el Golfo de Fonseca hasta el Golfo de Nicoya. El 28 de Julio, en el Golfo de Fonseca, Fayssoux capturó un gran bongo en el que iba Salazar, el anterior dueño del pailebote, rumbo al Salvador. Según Walker, Salazar llevaba cartas y documentos que probaban su traición a la causa filibustera y fue fusilado en Granada el 3 de Agosto.
Entre agosto y noviembre de 1856 Fayssoux patrulló las costas nicaragüenses dejando todo registrado en el libro de bitácora del Granada. El día Domingo 23 de Noviembre de 1856 Fayssoux se encontraba dirigiendo trabajos rutinarios de mantenimiento en San Juan del Sur cuando registró ver una vela en las afueras de la bahía.
Antonio Valle Riestra y Albarracín nació en Arica, Perú, el 31 de Octubre de 1836. De rancios orígenes oligárquicos, los Valle eran una familia de militares que remontaban desde las guerras del rey Alonso II contra los moros. Su abuelo Francisco había ascendido a Coronel del Regimiento de Lisboa, mientras que su padre, Antonio María del Valle era teniente de los ejércitos del rey. El más prominente militar de la familia fue su tío José del Valle, quien fue Coronel del Regimiento de Navarra y Brigadier de los Reales Ejércitos desde 1773 y posteriormente Mariscal de Campo de Carlos III. Viajaron los del Valle a Perú donde se arraigaron. De adolescente, el joven Antonio se alistó en la Marina de Guerra de Perú siguiendo la tradición familiar. Los problemas políticos de Perú de esa época hicieron que Don Antonio María abandonara el país y se radicara en España. Antonio Valle Riestra había tenido que abandonar la armada por los mismos problemas y después de permanecer un tiempo en Francia regresó a España a acompañar a su padre quien moriría poco tiempo después. Sin patria, ni padre, ni madre, Antonio se enlistó en un buque mercante, llegando a Costa Rica a finales de 1855 o inicios de 1856. Ahí conoció a José María Cañas, quien era cuñado del Presidente Juan Mora y más importante aún, padre de Ángela Cañas Mora (1852-1943), quien se convertiría en su esposa años después de la guerra.
El abandono de Walker de Granada el 19 de Noviembre y su repliegue a Rivas hizo cambiar radicalmente los planes de las fuerzas aliadas. Cañas, quien debía atacar San Juan del Sur por tierra (y Valle Riestra por agua) se retiró rumbo a Rivas y cuando Valle Riestra llegó al puerto, la plaza estaba tranquila y en posesión de los filibusteros con Fayssoux a mando de la Goleta Granada, surta en la bahía.
Frente a San Juan del Sur, tarde del domingo 23 de Noviembre de 1856
“Noviembre 23: Comienza con una brisa ligera y agradable del Noreste – A las 4 pm vi una vela fuera de la bahía, levanté el ancla y me dirigí sobre ella – A las 5 45 enarboló la bandera de Costa Rica, a las 6 encontrándose a unas 400 yardas de distancia, esta hizo fuego con sus cañones y fusilería- a las 8 la hicimos volar. A las 10 recogimos de las olas a su capitán con 40 hombres de su tripulación….Brisa ligera: me dirigí hacia el puerto”
Libro de Bitácora del Pailebote Granada
Teniente Callender I Fayssoux, Comandante

“Izadas las banderas y declaradas enemigas se principió el combate que sostenido con vigor terminó a las ocho. A esa hora la última bala del Granada incendió la santabárbara del Bergantín, le hizo saltar la cubierta en pedazos ocasionando esto la muerte de la mayor parte de la tripulación, el fuego continuó a bordo y aumentó por momentos hasta convertir en llamas todo el velamen del palo mayor. El buque comenzó a hacer agua con tal rapidez que a los 20 minutos del incendio se encontraba muy próxima la cubierta que se hallaba sembrada de cadáveres y heridos entonces un oficial del Granada se dirigió en un bote al Bergantín y por medio de su intérprete propuso salvar los que existiesemos si no asillamos armas contra ellos: aceptada esta proposición fuimos transbordados al Granada y tratados ahí con generosa hospitalidad.”
Declaración del prisionero
Capitán Antonio Valle Riestra, 11 de Abril
William Walker era una de las figuras más reconocidas en Estados Unidos en esos años y sus acciones eran seguidas muy de cerca por la prensa de EEUU. La noticia de la batalla apareció, entre Diciembre de 1856 y Mayo de 1857 en periódicos y publicaciones en todo el país, como el Wisconsin Sentinel de Milwakee, el Public Ledger de Philadelphia, el New York Herald , New York Times, el New Orleans Daily Picayune, el Charleston Currier, el Farmer´s Cabinet de Ahmerst, Frank Leslies´ Illustrated, el Weely Herald de Nueva York entre muchos otros. Igualmente, el Gobierno de Costa Rica publicó un Boletín Oficial detallando la batalla y su trágico resultado.
En el artículo de Frank Leslie´s Illustraded, por ejemplo se narra los pormenores de la batalla, acompañado de una ilustración, la más conocida. La publicación informa además sobre un dato interesante: “El Once de Abril tenía a bordo veinticinco mil dólares en efectivo y una gran cantidad de ropa y municiones, destinadas para el ejército aliado que operaba en contra del General Walker en Nicaragua.”
Por su parte el Boletín Oficial No. 248 dice “Este bergantín armado en guerra por nuestro Gobierno, con cuatro excelentes cañones de bronce, llevaba gran número de víveres y municiones, fusiles y dinero para el General Cañas. Salió el 11 de Noviembre del puerto de Puntarenas con unos 110 hombres, entre jefes, marinos y soldados, y el 22 tuvo la desgracia de incendiarse y volar después de cuatro horas de combate con el pailebote filibustero San José, que con sus ligeros movimientos solo le presentaba la popa o la proa para lanzarle sus balas…”
El comunicado incluye una carta de uno de los testigos, el joven oficial Samuel Aguilar, quien no pudo sobrevivir a las heridas. Sobre la causa de la explosión y el hundimiento, el boletín dice:
“…El buque hacía mucha agua. Una hora haría que había comenzado la pelea cuando un incendio se declaró por la proa. Unos corrían a apagarlo, otros continuaban el combate. En vano, el agua, y sobre todo las llamas devoraban con rapidez nuestro bergantín, y todos, hasta el sacerdote que nos acompañaba luchaban con un aliento extraordinario contra los enemigos, la bravura de las olas y el fuego. De diez a once de la noche serían cuando llegado el fuego a la Santa Bárbara, hizo volar los restos del buque, lanzándonos por diversas partes.”
Esta declaración marcó el inicio de la versión costarricense de que la causa de la destrucción fue un incendio provocado por el mal manejo de la pólvora dentro del barco, y no un bala en la santabárbara.
En el Weekly Herald de Nueva York, del 3 de Enero de 1857 se publicó un extenso reportaje de la batalla que incluía una carta de Fayssoux a sus amigos describiendo sus acciones, así como la correspondencia sostenida entre él y Walker y una orden de Walker ascendiéndolo militarmente, además de recompensarlo con la finca El Rosario.
El 19 de Diciembre de 1856, en el New York Times, se publicó una carta firmada por el costarricense Gregorio Chávez dirigida a Fayssoux en la que en nombre propio y de otros 24 sobrevivientes, le agradecen por su trato durante la batalla: “Apreciado Señor- Le ofrecemos las más sinceras gracias a usted por la gran humanidad expresada hacia nosotros en la noche del 23 de este mes… Tendremos siempre el más afectuoso recuerdo de usted y de su Gobierno por el trato amable que recibimos de sus manos. Usted que hizo lo posible para salvarnos, incluso olvidándose de su deber, solamente pensando en nosotros como desafortunados en búsqueda de socorro. Esto se verifica por el hecho de haber dejado cosas de gran valor, que estaban en nuestro barco, los cuales sólo usted los hubiera podido recuperar. En resumen, hemos sido tratados por usted, su Gobierno, por el General en Jefe y todas sus autoridades con tal fineza que no podemos más que expresar nuestra gratitud…..Esperamos señor que Dios le preserve en su vida la reputación que todo hombre valiente merece y nos declaramos como amigos fieles que besamos sus manos y pies.”
El hundimiento
Mientras los filibusteros aseguraban que la explosión se dio producto de un certero disparo a la Santabárbara, los costarricenses sostuvieron que la explosión la generó un incendio que inició un enlistado de poca experiencia. Según la versión tica, el carpintero Gregorio Chávez entró a un compartimiento del barco y al encontrarlo oscuro encendió un fósforo, que desprendió una chispa y provocó el incendio, el que se propagó por dos horas hasta llegar al depósito general de pólvora ocasionando la explosión. Esta versión es igualmente posible dada la inexperiencia de la tropa. La Santabárbara, por lo delicado de la carga, por lo general se ubica en el sitio más bajo del barco, debajo de la línea de flotación para evitar que le lleguen las balas. No deja de ser curioso el hecho que el supuesto responsable del incendio, Gregorio Chávez, sea el mismo supuesto autor de la carta agradeciendo a Fayssoux y a Walker por el trato que recibieron.
La explosión ocurrió muy cerca del palo mayor y debió de haber sido masiva. La cantidad de pólvora que llevaba el barco, unas 700 libras, generó una explosión lo suficientemente fuerte para escucharse a millas de distancia y matar a más del 65% de las personas abordo. El dibujo que Fayssoux donó a la Universidad de Tulane es claro en resaltar al timón volando por los aires, lo que indica que la explosión debió de haber ocurrido muy cerca donde se encontraba el piloto del 11 de Abril.
Intentando reconstruir la batalla
Toda la abundante información de las condiciones del clima, vientos, tiempos y movimientos de los barcos permite hacer una razonable reconstrucción de la batalla. Fayssoux en la bitácora registra que ese día había una brisa ligera de 3 a 6 nudos proveniente del noroeste. Con estas dos variables y los tiempos transcurridos entre el inicio y el final de la batalla, era posible deducir aproximadamente la trayectoria de los barcos y sus últimos movimientos.
La bitácora de Fayssoux indicaba que le había tomado casi dos horas, desde las 4 pm a las 6 pm llegar a corta distancia del 11 de Abril. De haber navegado con el viento a favor y sólo leyendo la bitácora se puede asumir que el Granada viajó cuando menos unas seis millas en esas dos horas. El prisionero Maheit cuenta en su relato sin embargo que “Como a las tres y media de la tarde de ese mismo día vimos salir del puerto al barco de guerra nicaragüense San José, el que se nos acercó sigzagueando…” Lo que indicaba que Fayssoux no se fue en línea recta hacia el bergantín en todo el trayecto, sino que navegó en ángulos, haciendo varios virajes de norte a sur.
Las maniobras de Fayssoux eran fáciles de explicar: la misión principal de Fayssoux era bloquear la entrada al puerto. Para bloquear el puerto, era importante mantenerse a barlovento del 11 de Abril, es decir entre el puerto y el bergantín y con el viento viniendo del puerto. Marino de guerra experimentado, debía saber que los barcos que están a barlovento en una batalla tienen enormes ventajas sobre uno que está a sotavento. A un barco a barlovento no le afecta el humo ni las chispas de los cañones, mientras que a uno que está a sotavento le cae encima sus propias chispas con mayores probabilidades de incendios, además de limitarles la visión por el humo. Si el puesto de defensa es a barlovento, como lo era San Juan del Sur en este caso, era mejor estar a barlovento para regresarse. Esto es particularmente cierto si el barco remonta bien al viento, como era el pailebote Granada. También es mejor estar a barlovento para escapar. Estar a barlovento facilita además la aproximación al enemigo y el abordaje. Al momento del ataque, tener el viento a favor le permite al barco a barlovento elegir dónde, cómo y cuándo atacar. Por esto, Fayssoux debía de haber estado navegando entre San Juan del Sur y el 11 de Abril, y para hacer esto tenía que estar zigzageando.
Otra pieza de información clave era que los vecinos podían ver la batalla. Scroggs relata que: “A las ocho se vio una enorme luminosidad seguida segundos después de un ruido como trueno…” Es decir, para poderse ver desde la ciudad, la batalla debió de haberse dado justo frente de San Juan del Sur a unas ocho millas.
Maheit asegura en su testimonio que el bergantín había escorado a estribor (derecha) lo que indicaba que el 11 de Abril tenía que estar recibiendo el viento por babor, lo que a su vez indicaba que en sus últimos momentos el bergantín estaba navegando en dirección sur. Fayssoux en una carta a Walker afirmaba que el capitán Valleriestra había expresado que estaban retirándose al final de la batalla.
Otro relato de importancia es del oficial subalterno del Granada, W Seawell, publicado en el New York Times del 19 de Diciembre de 1856, relatando la batalla ocurrida casi un mes antes: “A las 8 P.M. el barco estaba tan deshabilitado que dio la vuelta para escapar; y mientras su popa empezaba a mostrar la cuarta trasera frente a nosotros un disparo entró en la Santabárbara, seguido por una explosión inmediata”
Seawell dice además que el pailebote se mantenía a barlovento del 11 de Abril y que viró para enfrentar al bergantín por el lado opuesto. Después de iniciada la batalla Seawell refiere que la goleta atacó al 11 de Abril por alrededor a placer, que es una descripción similar a la del Boletín Oficial de Costa Rica. La clave detrás de la facilidad que tenía la goleta en atacar al bergantín radicaba en un dato suministrado por Seawell no mencionado por ningún otro recuento: la primera bala partió el mástil mayor por la mitad, deshabilitando la vela mayor, la vela de gavia y el juanete mayor. Esta información explica el porqué la goleta podía navegar alrededor del bergantín sin dificultades. Si bien es cierto que la goleta era mucho más rápida, navegar alrededor implicaba que el 11 de Abril estaba casi inmóvil o a la deriva. Sin el mástil mayor, el 11 de Abril había perdido más de la mitad de su capacidad de propulsión, asumiendo que el derrumbe del palo mayor no afectó el velamen del palo de trinquete con sus tres velas cuadradas como son la vela del trinquete, el velacho y el juanete de proa, así como los foques que llevaba sujetos al bauprés.
De Seawell se confirma que el bergantín estaba a barlovento y dio un giro de más de 90 grados con el viento en popa y en dirección sur en los últimos minutos antes de la explosión. La cuarta trasera o “Quartering” en inglés se refiere a la dirección general hacia ambos lados de un barco 45 grados del eje central del barco, viendo hacia atrás desde la popa. El 11 de Abril sólo pudo haber hecho esa maniobra si iba en dirección norte, ya que de haber ido en dirección contraria no hubiera dado un giro de esa magnitud ni se hubiera mostrado su popa tan flagrantemente al pailebote, que se encontraba a barlovento.
Las condiciones de la batalla eran menos que propicias para que una bala entrara en la santabárbara; era de noche, la distancia entre los barcos no era menos de 150 yardas y según el relato de Seawell, la cuarta posterior del bergantín, que fue por donde entró la bala, se mostró por unos minutos al Granada mientras el 11 de Abril supuestamente viraba hacia el sur en retirada. Algunos relatos indican que la explosión fue provocada por la última bala que tenía el pailebote. Tuvo entonces la Providencia que trabajar horas extras para que todo esto ocurriera. La explicación de los costarricenses, aunque menos heroica para los filibusteros, pareciera tener más sentido. En una situación de caos dentro del bergantín, con el agua entrando por los costados, el mástil mayor partido en dos y balas silbando por sus cabezas, sumado a la poca experiencia de la tripulación en el manejo de explosivos en un ambiente extraño, es más creíble que la explosión haya sido provocada por el mal manejo de la pólvora y los fusibles.
Conclusiones
En el resultado de la batalla del 23 de Noviembre influyeron las estrategias de ambos capitanes, sus aciertos y desaciertos. Valle Riestra, basó su estrategia de batalla en la fuerza bruta del bergantín, sus cuatro cañones y la gran cantidad de artilleros que iban a bordo. Minimizó el hecho que el barco hacía agua y que por lo tanto la movilidad estaba comprometida. La movilidad de un barco a la hora de la batalla es un elemento crucial, para atacar, rodear o por último escapar. La estrategia fue plantarse como una fortaleza flotante y disparar.
El norteamericano tenía dos elementos reales que no podía alterar: el tamaño menor de su embarcación y su posición de defensa del puerto de San Juan del Sur. Fayssoux sabía que sus posibilidades de ganar a punta de fuerza bruta eran mínimas. De hecho, el acto de enfrentarse a una embarcación tan superior podría calificarse a lo menos de temeraria. Fayssoux convirtió su más importante limitación, el tamaño de su barco, en su fortaleza. Basó su estrategia en movimientos rápidos y audaces, siempre en zonas donde los cañones del bergantín, que apuntaban fijamente por la inmovilidad del barco tico, no podían alcanzar al pailebote. Estos movimientos eran además los adecuados para mantenerse a barlovento del puerto y conservar su posición de ventaja y de defensa.
Otro elemento importante fue la preparación del equipo de Fayssoux. Por meses, el pailebote había estado patrullando las costas de Nicaragua y su tripulación había estado entrenando en diversas prácticas militares, como se puede ver en la bitácora del barco. La tripulación sabía muy bien como se comportaba el barco, como se movía y como hacerlo mover. Además había practicado como disparar certeramente.
Fayssoux procuró ser lo más eficiente posible en el uso de las municiones. Los testigos de ambos lados afirman que el bergantín llevaba una ventaja en balas disparadas, pero esta contabilidad oculta el hecho que los disparos de Fayssoux fueron más certeros. Desde el inicio, Fayssoux le disparó a las partes más vulnerables de un barco de vela, como es la línea de flotación y su mástil principal. Los dos primeros zarpazos en contra del bergantín dieron justamente en esos dos puntos, a la vez que el pailebote básicamente no recibió ningún daño de consideración.
El error final de Valle fue no haber escogido un momento adecuado para replegarse. Haber tomado esa decisión hubiera dañado su reputación pero le hubiera dejado abiertas otras oportunidades futuras. Hubiera aprovechado la oscuridad de la noche para escapar, evaluar sus daños y prepararse mejor para una segunda batalla.
La batalla del 23 de Noviembre de 1856 no tuvo mayor trascendencia en el transcurso de los acontecimientos que llevaron a la posterior derrota de Walker. De hecho, no tuvo trascendencia de ningún tipo más que un efímero aumento a la moral filibustera, moral que ya venía en franco deterioro. De haber ganado la batalla Valle Riestra, quizá el fin de la guerra se hubiera adelantado unos meses y le hubiera hecho más difícil a Walker abandonar el país, a como lo terminó haciendo de San Juan del Sur en Mayo de 1857.
La entrega del Pailebote el 4 de Mayo de 1857 constituyó la última acción militar de Walker en Nicaragua. El Capitán Davis, firmante del acuerdo de rendición de Walker y comandante de la fragata norteamericana St Marys, apuntó sus cañones contra la embarcación y le pidió a Walker, que ya estaba en la fragata para salir huyendo a Panamá, que se la entregase. Así pues, se bajó la bandera filibustera del palo mayor del pailebote el día 4 de mayo, precisamente dos años después de la salida de Walker de California rumbo a Nicaragua a bordo del bergantín Vesta. El Granada fue entregado por Fayssoux a un negro jamaiquino al servicio de Costa Rica de apellido Murray, episodio que Walker evocó con un toque de racismo. En su primer viaje yendo rumbo norte con tropas guatemaltecas que iban de regreso a su país, el pailebote se estrelló contra unas piedras y ahí terminó su historia.
Después de la guerra en Nicaragua, Fayssoux se enlistó la 17ma Infantería de Carolina del Sur del Ejército Confederado durante la Guerra Civil norteamericana sin mucha distinción. Fue dado de baja por problemas de salud. Murió el 30 de agosto de 1897 y fue enterrado en el cementerio Lafayette de Nueva Orleans.
Sobre Valle Riestra, cuenta el historiador tico Ricardo Fernández Guardia que estando prisionero fue salvado de ser fusilado por la intersección de una Doña Petronila Castillo de Revelo, quien tenía conexiones con los filibusteros. Valle logró obtener un salvoconducto de Walker para salir a Panamá, donde llegó mal herido y sin un centavo. Con la ayuda de un vecino peruano radicado en Panamá, Valle regresó a Puntarenas y siguió enlistado en el ejército. Las heridas sufridas le habían imposibilitado usar los dedos meñiques de ambas manos. En 1857 Valle se encontraba acantonado en Cartago y solicitó su baja del ejército aduciendo que ¨solo sabe cosas del mar¨ y que además necesita un lugar más apropiado para curarse. La solicitud fue aceptada. El 8 de junio de 1858 Valle junto con otros siete marineros recibió de Manuel Cañas una liquidación de siete meses de su salario de 66 pesos, como naufrago del bergantín. El monto total recibido por Valle fue de 462 pesos. Los demás marinos recibieron en promedio unos 30 pesos.
En 1859 Valle regresó a Nicaragua acompañando al Presidente Mora y sirviendo de intérprete de éste ante el Almirante francés Bonnard , quien los traía a bordo del barco Andromede, para hablar con Martínez de las posibilidades de un canal interoceánico en el famoso episodio de Mosseuir Belly.
La caída del poder y fusilamiento de Mora hizo que Valle se dedicara a negocios con la casa Knohr, donde trabajó por algunos años y ayudó a la construcción del muelle de Puntarenas. En 1868 se casó con Ángela Cañas Mora, hija de su amigo fusilado. Envuelto en una conspiración contra el General Guardia en 1876, Valle sale desterrado para Guatemala, donde el General Rufino Barrios lo acogió. No contento en Guatemala, viajó a la provincia de Chiriquí, en aquel entonces de Colombia, y se estableció como cafetalero, donde le sorprende la muerte el 7 de Abril de 1878 a la edad de 42 años. Según información recopilada en el cementerio por Roberto Lefranc, los restos fueron trasladados a San José, de Puntarenas, el 4 de Septiembre de 1881.
BIBLIOGRAFÍA
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ARTÍCULOS
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Fernández Guardia, Ricardo. Don Antonio Valle Riestra. Revista de los Archivos Nacionales de Costa Rica. San José Tomo XXV 1-6 (enero junio) 45-103, 1961.
Mejía Lacayo, José. La Navegación Durante la Ruta del Tránsito. Revista de la Academia de Geografía e Historia. Segunda Época. Tomo LXIX. Managua, Abril 2010.
Meléndez, Carlos. 1856 El Combate Naval del 23 de noviembre. La trágica suerte del bergantín 11 de Abril. Museo Histórico Cultural Juan Santamaría y Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas, 1977.
Romero, F. Antonio Valleriestra y Albarracín. Un héroe costarricense nacido en el Perú. Revista de los Archivos Nacionales de Costa Rica. San José Tomo IV 3-4 (marzo abril) 136-151, 1940.
Sanabria, Víctor. Los muertos en el combate naval de 22 de Noviembre de 1856. Revista de Costa Rica. San José Tomo VII, número 2 (junio) 17-22 y número 3 (julio) 55-57, 1929.
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PERIODICOS
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Boston Evening Transcript. Agosto 1844.
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Frank Leslie´s Illustrated. 18 de abril de 1857.
New York Times. 19 de diciembre de 1856.
Public Ledger. 5 de enero de 1857.
Sacramento Daily Union. 8 agosto de 1855.
Sacramento Daily Union. 23 de diciembre de 1856.
Sacramento Transcript. 24 de agosto de 1850.
Weekly Herald. 3 de enero de 1857.
DOCUMENTOS
Acuerdo de venta de bergantín Dover entre Rafael Escalante y Eduardo Beeche. Archivo Nacional de Costa Rica, 1856.
Bitácora del Vapor La Virgen. Archivo Nacional de los EEUU. Washington D.C.
Carta de Manuel Cañas al Ministro de Guerra y Marina. Archivo Nacional de Costa Rica 1856.
Carta de Manuel Cañas al Ministro de Guerra y Marina. Inventario de bergantín Dover. Archivo Nacional de Costa Rica 1856.
Gobierno de Costa Rica. Boletín oficial No 248. El Bergantín 11 de Abril. Imprenta Nacional, 13 de diciembre de 1856.
Tulane University. Fayssoux Collection.
Informe de don Antonio Villa Riestra sobre la batalla del 23 de Noviembre de 1856. Colleción Fayssoux, Tulane University Documento 132.
Reporte del segundo comandante del bergantín de guerra costarricense 11 de Abril. Colleción Fayssoux, Tulane University Documento 132.

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Por Juan Sebastian Chamorro

Político y economista comprometido con el desarrollo y el futuro de Nicaragua. Académico visitante en políticas públicas en el Kellogg Institute de la Universidad de Notre Dame. Miembro del Directorio Político de la Concertación Democrática Nicaragüense Monteverde. Activista por la defensa de los Derechos Humanos y la Democracia. Preso Político de junio 2021 a febrero 2023. Precandidato a la Presidencia de la República. Director Ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia del 2019 a enero del 2021 y Director Ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social FUNIDES. Director Ejecutivo de Macesa, Director General de la Cuenta Reto del Milenio, Vice Ministro de Hacienda y Crédito Público, Secretario Técnico de la Presidencia de la República y Director del Sistema Nacional de Inversiones Públicas.
Doctor (Ph.D) en Economía por la Universidad de Wisconsin-Madison, con especialidad en Econometría y Desarrollo Económico, Máster en Economía por la Universidad de Georgetown con mención especial en Políticas Sociales y Licenciado en Economía (graduado Magna Cum Laude) por la Universidad de San Francisco, California. Casado con Victoria Cárdenas y padre de Victoria Isabel.

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