Nicaragua requiere un cambio profundo de rumbo. Esta nueva ruta traerá democracia, equidad, justicia, prosperidad y empleo para los habitantes del país.
A pesar de contar con abundantes recursos naturales y humanos, el subdesarrollo que ha caracterizado a Nicaragua es el resultado de fracasados modelos adoptados a lo largo de su historia. Esto impone la necesidad de llevar a cabo una transformación que asegure la sostenibilidad social, institucional, económica y ambiental del país.
Nuestra sociedad se ha caracterizado por el fraccionamiento y la falta de colaboración. La desunión, polarización, y ausencia de consenso ha permeado todos los espacios de la vida cotidiana. En el ámbito político, la mentalidad de “quítate tú para ponerme yo” ha prevalecido sobre la visión de nación, dejando como resultado la toma del poder por vías no democráticas.
La falta de un proyecto de país compartido ha provocado desunión y desmantelamiento de las políticas implementadas por los gobiernos anteriores, sin hacer una evaluación previa de si eran buenas o malas. Por tanto, Nicaragua necesita que todos los nicaragüenses nos unamos entorno a un proyecto que genere estabilidad, ilusión, esperanza y confianza en el conjunto de la ciudadanía.
En la nueva Nicaragua se deberá garantizar la paz, la integridad del individuo nicaragüense, su dignidad humana, sus libertades. En la nueva Nicaragua se garantizará la igualdad entre hombres y mujeres, el respeto riguroso a los derechos humanos, se combatirá la pobreza creando empleos, se mejorarán las infraestructuras, la salud, la educación, y las políticas sociales.
Necesitamos una Nicaragua que apueste por los jóvenes para que sean protagonistas del presente y del futuro, y con ellos garantizar una Nicaragua democrática con prestigio y respeto internacional.
En la nueva Nicaragua elaboraremos un plan urgente para erradicar la pobreza, especialmente la pobreza infantil.
Una Nicaragua con un buen gobierno democrático y transparente sometido a los controles de las leyes y reglas de la democracia.
El Plan de Gobierno descrito a continuación pondrá las bases de una nueva Nicaragua, en donde se erradicará la vieja forma de hacer política y se establecerá un genuino Estado de derecho, ecuánime ante toda la ciudadanía.
Se implementarán políticas de justicia para las víctimas de los abusos de violación a los derechos humanos y se ejecutará una política social que asegure la equidad y el desarrollo humano. Se enumeran políticas económicas encaminadas a la transformación productiva, generando empleos de calidad y crecimiento con equidad.
Este Plan de Gobierno se concentrará en ac- ciones específicas y soluciones concretas para resolver los principales problemas que aquejan a los nicaragüenses.