Muchos se sorprendieron al ver que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le aprobó a la dictadura de Daniel Ortega un financiamiento por 185 millones de dólares. Obviamente Ortega lo está anunciando como un logro. Sin embargo, es importante señalar cosas que hacen verlo desde otra perspectiva.
En primer lugar, se trata de fondos de emergencia a los que cada país miembro puede acceder para enfrentar la pandemia de Covid-19. Nicaragua recibirá esos recursos porque son especiales, para ayudar a enfrentarla emergencia; y al no ser parte de los fondos ordinarios, no exigen muchas condiciones que actualmente Ortega no puede cumplir.
Pese a ser fondos exclusivos para atender la emergencia, Nicaragua es el país de la región al que menos recursos le asignaron y al que más tarde se los aprobaron. En abril pasado El Salvador y Costa Rica recibieron 389 millones y 504 millones de dólares respectivamente. En junio Guatemala obtuvo 594 millones y Honduras ya recibió el último desembolso de un paquete de 531 millones de dólares. Esto indica las enormes dificultades que enfrenta la dictadura para conseguir fondos externos.
La diferencia que vemos en el apoyo que se está otorgando a Nicaragua versus el que han recibido nuestros hermanos centroamericanos; es una clara muestra del alto precio que está pagando el pueblo nicaragüense. Porque las acciones de la dictadura han obligado a la cooperación internacional a restringir la entrega de recursos.
Además, a Ortega le aprobaron un monto mucho menor al que aspiraba, que eran unos 600 millones de dólares; y como veremos, gran parte de esos recursos ni siquiera los va a ver pasar.
FMI ve crisis severa
El informe del FMI anunciando esta nueva operación utiliza un lenguaje reservado para situaciones de crisis económicas severas. Explica que la recesión que lleva más de dos años ha generado “grandes necesidades fiscales y externas”. Y que “los limitados espacios fiscales, erosionadas por la recesión y el limitado financiamiento externo, restringen la capacidad de las autoridades de autofinanciarse”. En lenguaje no técnico esto equivale a decir que están quebrados y sin ayuda externa, la cosa no pintará bien.
Un segundo aspecto es que ese préstamo de 185 millones de dólares lo vamos a pagar todos los nicaragüenses, porque es deuda externa.
Más grave aún es que, según el FMI, como condicionante para recibirlo, el régimen se comprometió a “alcanzar la consolidación fiscal que asegure la sostenibilidad”. Los que hemos participado en negociaciones con el FMI, sabemos lo que esto significa: reducir el gasto, subir los impuestos o ambos. Como siempre, el régimen guardará silencio sobre las medidas que tomará para cumplir ese compromiso. Pero indistintamente de las que elija, seguramente no serán buenas para el pueblo.
Pero el revés más grande para la dictadura es que no podrá usar parte de esos recursos. Esta es una durísima derrota para el dictador Ortega, que esperaba salir con toda la plata en la cartera.
Según el convenio aprobado con el FMI, de los 185 millones de dólares, unos 65 millones los manejará la Oficina de Servicios para Proyectos de las Naciones Unidas (UNOPS por su sigla en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Recursos a agencias ONU
Es la primera vez que el Fondo Monetario hace esto con Nicaragua. La UNOPS es usada comúnmente en países donde la corrupción campea a sus anchas y los donantes prefieren canalizar los recursos a través de ellos, para garantizar que la ayuda llegue a la población necesitada. Ellos manejarán 52 millones de dólares. Los amigos de las Naciones Unidas hacen este trabajo a cambio de una retribución que puede llegar a ser de más del 10 por ciento del monto manejado.
El PMA manejará 13 millones de dólares y la ejecución quizá sea más rápida porque serán donaciones en especie; alimentos que el organismo ya tiene en sus bodegas. Un pequeño detalle es que los sacos de comida tendrán el logo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y del Programa Mundial de Alientos; y no la simbología estrambótica del régimen. Esperemos no les permitan circo con las ayudas.
¿Y sobre la otra parte? Tampoco serán de tan libre disponibilidad. Lo que ocurre es que a Nicaragua ya no viene inversión extranjera, los bancos y organismos multilaterales han reducido sus préstamos, el turismo está prácticamente paralizado y las exportaciones, especialmente las de zona franca se han reducido.
Eso en lenguaje técnico significa que la balanza de pagos está en crisis. Entonces hay que utilizar la mayor parte de esos recursos para fortalecer las Reservas, el tipo de cambio y la seguridad del Sistema Financiero, tal como lo dice el comunicado del FMI.
Es decir que gran parte de los recursos que no manejaran las agencias de la ONU tampoco los podrán gastar en lo que ellos quieran. Sino que deben destinarlos para garantizar el mantenimiento de valor del córdoba mediante el fortalecimiento de las Reservas Internacionales.
Apoyo se pidió antes de los huracanes
Hay que tomar en cuenta que este financiamiento fue gestionado antes de las afectaciones provocadas por los huracanes Iota y Eta; que han generado enormes necesidades fiscales a las que la dictadura no les puede hacer frente. Por eso bloquean las donaciones, porque cualquier ayuda privada se verá grande en comparación con la reducida respuesta del régimen.
Los recursos otorgados por el FMI tampoco ayudarán a tapar el hueco que está generando el déficit del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS); que según el informe del Fondo Monetario ya supera el 1.6 por ciento del PIB. Aunque 185 millones de dólares puede sonar mucha plata, lo cierto es que no es suficiente para tapar ese hueco.
Aunque este préstamo viene con restricciones al manejo de recursos, no se puede negar que le dará un alivio a la dictadura. Como lo ha venido haciendo en los últimos dos años, la dictadura continuará incrementando sus gastos en represión. Aunque no use directamente esos fondos para los cuerpos represivos, esta ayuda le libera recursos del presupuesto para gastar en las acciones de represión y acoso de la Policía a la población.
Esperemos que el dinero del FMI ayude a la compra transparente de los medicamentos que necesita el país para enfrentar la pandemia. Todos debemos insistir para que el Programa Mundial de Alimentos ayude a los nicaragüenses necesitados sin proselitismo político.
Ante las evidentes necesidades de la población, los organismos internaciones buscan los mecanismos para ayudar al pueblo. Evitando la voraz corrupción de la dictadura, que quiso aprovechar la emergencia para conseguir dinero, pero se ha quedado sin poder disponer de gran parte de los recursos que tanto ansiaba.
Solo acabando con esta dictadura mediante la transición democrática Nicaragua podrá volver a tener la confianza de la comunidad internacional, para hacerle frente a desastres naturales y para poder crecer y desarrollarse.
2 respuestas a «Préstamo del FMI demuestra corrupción del régimen y dificultad para conseguir apoyo externo»
Así tendrá que ser éste gobierno no debe manosear el dinero qué mandan otros países para ayudar a nuestros hermanos Nicaragüenses
Excelente análisis, pero con todo y todo la verdad es que una parte del financiamiento del FMI será para aliviar el déficit fiscal y entonces darle oxigeno a un gobierno que conviene afixiar. No creo que ayude a la causa de liberarnos de la dictadura.