La mañana de aquel miércoles 16 de mayo del 2018, un grupo de nicaragüenses fuimos convocados por la Conferencia Episcopal de Nicaragua para participar en el Diálogo Nacional. Seríamos la contraparte del dictador Daniel Ortega en un proceso en el que muchos creyeron se podría poner fin a un régimen autoritario para luego restablecer la democracia.
En proceso dio vida a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Organización que pese a todas las circunstancias adversas, casi tres años después, sigue luchando por los derechos de todos los nicaragüenses.
En lo personal, estos 2 años y 8 meses de lucha han sido los más intensos y transformadores de mi vida. He visto muy de cerca la muerte, el sufrimiento, la cárcel y el destierro de muchos hermanos nicaragüenses.
Mi familia y yo hemos sido víctimas de ataques, golpes, asedio, insultos denigrantes, multas millonarias, terrorismo fiscal, amenazas de confiscación y órdenes de captura para mi esposa, suegra y cuñada. He sufrido detenciones ilegales, restricciones de movilización y bajezas de todo tipo; impulsadas por un régimen que siempre ha utilizado la mentira y la infamia para atacar a todo el que se les opone.
2021 es crucial para el futuro
Pero lejos de doblegarme, las dificultades de esta lucha me han hecho ver cosas importantes de la vida que antes tomaba por sentadas. He conocido gente maravillosa con sufrimientos enormes; he llorado con madres de opositores asesinados y me he solidarizado con familiares de presos políticos, por quienes seguiré luchando. He estado ahí donde el destino y Dios me han puesto.
Casi tres años de lucha me reafirmaron la necesidad que los gobernantes sean más sensibles ante la pobreza, la desigualdad, pues caminando con la gente pude apreciar que no basta con decir que hay que defender a los desposeídos y más pobres, sino que hay que sacarlos de la pobreza No voy a descansar ni un solo día hasta que Nicaragua sea libre, justa y democrática.
El 2021 es un año crucial para el futuro de Nicaragua. Por tanto, requiere más dedicación y empeño del que le hemos dado en estos dos años y ocho meses de lucha. El cargo de Director Ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia es una responsabilidad que implica muchos esfuerzos en el área administrativa, de coordinación, conducción y dirección.
Por respeto a los estatutos
Como siempre lo hago cuando asumo compromisos, en los últimos 15 meses he desempeñado este cargo con mucha pasión, entrega y dedicación. He aprendido mucho y ha sido un privilegio ocupar esta posición.
Pero teniendo en cuenta que el 2021 será un año clave para el destino de Nicaragua porque inicia un potencial proceso electoral, que requiere de todas nuestras energías y esfuerzos, que van más allá de mis funciones como Director Ejecutivo de la Alianza Cívica. Por tanto, he decidido liberarme de estas responsabilidades para dedicar todo mi tiempo y energía a la consolidación de la unidad de la oposición.
Además, lo hago por respeto a sus estatutos. Porque si uno en su discurso exige que se respete la institucionalidad, tiene que dar el ejemplo con hechos. El artículo 15 de los Estatutos de la Alianza Cívica en su último párrafo establece que:
“El Director Ejecutivo deberá asumir el compromiso ético de no desarrollar actividades proselitistas a su favor; en consecuencia, no podrá utilizar su cargo, la estructura y recursos de la Alianza Cívica para esos fines; debiendo de abstenerse de participar en aquellas actividades que puedan suponer conflicto de interés manifiesto. En caso de que tome la decisión personal de dedicarse a campaña política deberá renunciar a su cargo”.
Por tanto, en respeto a los estatutos he puesto ante el pleno de la Alianza Cívica, mi renuncia al cargo de Director Ejecutivo. Esta será efectiva a partir del 10 de enero del 2021 y aplica solamente al cargo de Director Ejecutivo ya que sigo siendo miembro del plenario de la Alianza.
Unidad primero, candidaturas después
En reiteradas ocasiones he expresado que tengo el interés, la pasión y el deseo de dedicarme a la política. Creo que es una carrera noble, si se utiliza para servir y serle útil al país; para luchar por el bien común, por la libertad y por el cambio.
Seguramente muchos pensarán que esta renuncia, implica el anuncio inmediato de una candidatura a un cargo público. Oportunidad a la que obviamente, todo nicaragüense que opta por la carrera política tiene derecho a buscar.
Pero para alcanzar esta aspiración, es imprescindible lograr un objetivo previo más importante, más relevante y más transcendental que cualquier intención personal: la unidad de la mayoría de las fuerzas opositoras a la dictadura que compartimos los mismos valores, principios y lucha por una Nicaragua democrática y libre.
Es por ello que continuaré trabajando, como lo he venido haciendo, por la liberación de los presos políticos, atendiendo a su familiares, por la restitución de las libertades constitucionales y las reformas electorales.
Dedicaré todo mi esfuerzo por contribuir a la construcción de una plataforma más amplia, unitaria e incluyente posible para hacerle frente a la dictadura.
Candidaturas mediante procesos competitivos
Una vez alcanzada la unidad y solo después de concretar esa plataforma amplia opositora, me postularé al cargo que corresponda en esa plataforma. Pasando previamente como ya lo he dicho, por un proceso de elección interna, competitivo y participativo.
Mantengo mi decisión. No participaré en ninguna iniciativa que fomente la división, ni el zancudismo; y mucho menos el colaboracionismo a favor de una dictadura que solo ha provocado dolor y muerte a Nicaragua.
Para aquellos que insisten que no tiene sentido ir a un proceso electoral con el dictador, les digo que asumamos el reto de hacerle frente a esta dictadura con el arma que suelen terminar a las dictaduras en el mundo, el voto.
Tengamos la convicción de que depositando masivamente el voto en las próximas elecciones podemos acabar con la dictadura. No le demos la espalda a esta oportunidad y no le permitamos a la dictadura que se robe nuestro voto.
Durante estos casi tres años de lucha, el deseo de libertad y las aspiraciones que he visto y comparto con otros hermanos de lucha me han mantenido motivado. No perdamos la esperanza. En esta etapa crucial de la historia de Nicaragua, mantengamos la misma pasión y determinación que desde abril del 2018 nos ha impulsado a luchar por la libertad. Aunque el viento esté en contra mantengamos firme el rumbo. Asumamos con orgullo y sin miedo el desafío de esta lucha porque de ella depende que recuperemos nuestra libertad. Que nos siga inspirando la visión de una Nicaragua con empleo para todos, en paz, justicia y cambio positivo para los nicaragüenses.
5 respuestas a «Dejo cargo en la Alianza para buscar la unidad»
Me parece necesaria esa definición. Porque aa hora es cuando hay que iniciar la organización de los sectores que realmente quieren un cambio de la política hacia una democracia que hace falta urgentemente.
Tu mensaje JSCH se contradice, decís que buscas la unidad y provocastes la división en la CN desde antes de proclamar la separación. Otra es:decir que has sufrido y no has reflexionado ni tomado una actitud consecuente. Andas buscando la presidencia la Rep. y nada más. Para servir intereses de la gran empresa.
Acuerda Nicarágua! Tu voto em las próximas elecciones será decisivo para libertarte de lá dictadura
Lo q quieren es su carguito
Todos los políticos en Nicaragua son sinónimos de corrupción,robo, enriquecimiento ilícito, no lo digo yo lo dice la historia de los ultimos 100 años como se han comportado nuestros deshonestos gobernantes. Por tanto la Alianza Civica debieran de postular a alguien que tenga capacidad como un Economista , un financiero a una persona
ajena a la política para buscar ls unificación del voto como hicieron en 1990