En Managua por cárcel seguiré luchando por democratizar Nicaragua

El pasado 13 de noviembre mientras me dirigía a una reunión, fui interceptado por la patrulla que me ha seguido por más de seis semanas. Los policías me ordenaron que regresara porque no puedo salir de Managua; y argumentaron que estoy siendo objeto de una investigación. No dieron más detalles, solo dijeron que me están investigando.

Al reclamar por el abuso y decir a oficiales que estaban violando todas las leyes, uno de ellos me dijo que somos nosotros quienes las violamos. Por varios minutos estuve argumentando con los policías. Al ver que me rehusaba a acatar la ilegal orden, me montaron en la patrulla y me trasladaron a mi casa.

Es la segunda vez que me hacen esto: y ahora advirtieron que, si vuelvo a intentar salir de Managua, mi vehículo será decomisado y enviado al depósito.

Este es un abuso más de la Policía porque, en primer lugar, si existe una investigación es mi derecho saber de qué se me acusa. La Constitución Política de Nicaragua, en su artículo 26 dice que toda persona tiene derecho “a conocer toda información que sobre ella hayan registrado” entidades del Estado, “así como el derecho de saber por qué y con qué finalidad se tiene esa información”.

Quieren inventar delitos

Ya no les basta con restringir ilegalmente mi derecho a movilizarme por el territorio nacional; sino que ahora inventan que estoy siendo investigado. Es evidente que se está gestando una nueva forma de represión política: inventar investigaciones de supuestos delitos para inhabilitar o neutralizar a los opositores. Esta es una práctica vieja al mejor estilo cubano.

Pero están equivocados Daniel Ortega y Rosario Murillo si creen que con su sistema policial y judicial corrupto van a callarme o doblegarme. Lejos de amedrentarme, cada vez que me retienen, me siguen o me acosan, sus abusos me reafirman que vamos por el camino correcto. Que el cambio es posible.

Después de cada abuso o violación a mis derechos pienso en las presas y presos políticos que están injustamente en las cárceles de Ortega; y que a pesar de las reiteradas violaciones a sus derechos no desisten en su lucha.

Tener Managua por cárcel es relativamente poco si se compara con lo que están pasando los presos políticos en las celdas de la Modelo. Pero si ellos a pesar de su situación continúan protestando y en una huelga de hambre y no los han podido doblegar; tampoco lo lograran conmigo. Si ellos que están en esas celdas no han parado, mucho menos que lo haga yo que estoy afuera y tengo el privilegio de dormir en mi casa.

Pienso

Cada vez que violan mis derechos también pienso en los exiliados, en los familiares de los asesinados y en los que han perdido su trabajo y hasta sus bienes y eso me da energías para seguir en esta lucha.

La lucha de los nicaragüenses por la Justicia y la Democracia trasciende a las restricciones de movilidad que puedan imponerme y a los delitos de los que puedan acusarme. Nuestra lucha prevalecerá porqué es para hacer justicia ante todo el mal que nos han provocado. Son miles las familias que han sufrido por esta dictadura y miles los exiliados; y centenares los que fueron asesinados y apresados.

Es por ello que incluso teniendo Managua por cárcel seguiré trabajando por el cambio democrático en Nicaragua demanda; y para hacer frente a este dictador que el único legado que el dejará a Nicaragua será de muerte, cárcel, represión y crisis económica.