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Historia

La participación de la Sociedad Civil de Nicaragua en la OEA en el contexto de su retiro de la organización


Estimados representantes de delegaciones de Estados miembros ante la OEA

Estimados miembros de organizaciones de la sociedad civil

Manuel Orozco, del Diálogo Interamericano

Amigos todos

Vengo de Nicaragua, un país arrasado en sus instituciones. No hay prensa libre, no hay ONGs, no hay Universidades independientes, no hay sociedad civil organizada.

El régimen brutal de Daniel Ortega se ha encargado de arrasar con toda la variada y vigorosa sociedad civil que por años había venido demandando transparencia y efectividad a los gobiernos, que había venido demandando respeto a los derechos humanos, políticos e individuales. Una sociedad civil que venía ejecutando proyectos en beneficios de la población, o centros de pensamiento, cómo el que yo dirigía, que también ha sido clausurado arbitrariamente.

Ha desaparecido la Academia de la Lengua de Nicaragua, la Cruz Roja y todas las asociaciones de caridad de la Iglesia Católica. Las monjas de Madre Teresa de Calcuta, expulsadas, cómo expulsados han sido franciscanos, jesuitas, dominicos, diocesanos y pastores evangélicos.

Todo esto tiene una explicación muy sencilla. Cuando se abusa del poder y ese abuso no se contiene, puede llegar a extremos cómo lo estamos viviendo en Nicaragua.

A nivel internacional la dictadura Ortega Murillo ha desacatado las resoluciones y recomendaciones del Sistema Interamericano de derechos humanos, tanto de la Comisión cómo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así lo ha señalado expresamente el presidente de la Corte ante el Consejo Permanente de la OEA, igualmente no se han atendido las recomendaciones del sistema universal, que ha emitido el Consejo de Derechos Humanos, el Alto Comisionado para los derechos humanos y Grupo de Expertos Independientes (GHREN).

El Estado de Nicaragua ha roto con la OEA denunciando la Carta Constitutiva intentando tomar distancia de los mecanismos políticos y diplomáticos fundamentales para la promoción y mantenimiento de la convivencia pacifica en la región, pretendiendo desobligarse de los principios y valores democráticos que rigen a la organización. Por eso es que estamos aquí, para denunciar que no sen pueden desatender estor principios.

La dictadura ha irrespetando convenciones, incumplido tratados internacionales y el Pacto de San José entre otros. Promueve la impunidad de los responsables de delitos de crímenes de lesa humanidad desobligándose en brindar procesos ajustados a derecho en tribunales independientes.

Estoy seguros que muchos de ustedes, amigos de la sociedad civil están pensando que es lamentable lo que está ocurriendo en Nicaragua. Algunos de ustedes estarán pensando que estas cosas no podrían pasar en sus países. Por limitaciones de tiempo no puedo dar un informe más detallado de lo que ha pasado en Nicaragua, pero sí quiero trasmitirles que muchos gobiernos en el mundo han enfilado sus instrumentos represivos en contra de organizaciones de la sociedad civil. Si bien Nicaragua es un caso extremo, bien puede pasar algo similar en cualquier país.

Celebramos eventos cómo éste, en el que estados miembros, de manera oficial, participen en espacios de diálogo con la sociedad civil. Esto refleja que cuando hay voluntad de diálogo, éste puede rendir frutos. Muchas gracias, Chile, Estados Unidos, Canadá y …. por su compromiso a escuchar a la sociedad civil. Igualmente agradecemos a la Secretaría de Acceso a Derechos y Equidad de la OEA por su trabajo de darle espacios a la sociedad civil en este tipo de foros y al Diálogo Interamericano por organizar este en particular. La OEA ha demostrado su compromiso de mejorar las instancias de participación en este foro hemisférico, compartiendo preocupaciones y anhelos entre la sociedad civil, sus estados miembros y la OEA.

Sobre la pregunta de cómo asegurar una participación activa de la sociedad civil en foros de la OEA, es imperativo resaltar que los estados miembros tienen una enorme responsabilidad en la fortaleza de este diálogo. Los Estados miembros deben velar por la existencia misma de estas organizaciones. En el caso de mi país, el régimen se ha encargado de acabar con la existencia de las mismas. La existencia legal otorgada por las instancias formales de cada Estado, no deben verse cómo un privilegio, sino cómo el reconocimiento público de una institución que cumple con los objetivos para la que ha sido creada y de los beneficios de su labor para la sociedad.

Cuando un estado miembro obstaculiza la existencia legal de una organización de la sociedad civil, o peor aún la elimina de sus registros, está cercenando beneficios y asistencia a la población en general. Dentro del contexto de ese diálogo, cercena además este espacio político de dialogo, afectando directamente a la OEA y a los demás estados miembros.

Es por lo tanto muy importante mantener los más altos parámetros de respeto a la institucionalidad de las ONGs así como la calidad misma de la labor que éstas hacen.

El trabajo de la Secretaría de Acceso a Derechos y Equidad presume la importante responsabilidad de asegurar que estos parámetros se cumplan e incidir que los estados miembros no incurran en prácticas cómo las perpetradas en mi país. Lamentablemente la OEA no puede hacer cumplir estos parámetros, puede persuadir e incidir. Es responsabilidad de los países miembros hacer florecer al sector de sociedad civil para que éste puede hacer la labor importante que deben ejecutar.

El fortalecimiento de la democracia en el hemisferio es uno de los pilares fundamentales del trabajo de la OEA, junto con la defensa de los derechos humano y el diálogo político y diplomático. Ante la pregunta de cómo la sociedad civil puede ofrecer su diversidad quisiera darles un ejemplo. Las medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de DDHH, de las que a propósito yo he sido beneficiado, están diseñadas para que los estados brinden la protección necesaria. En algunos casos, cómo el de mi país, pero no es la excepción, es el Estado mismo quien viola esos derechos y ponen en peligro la vida de las víctimas, porque es el estado quien reprime. En la práctica, para los casos de Nicaragua, las medidas cautelares han ayudado a registrar y documentar ante la comunidad internacional, la violación de nuestros derechos, previa advertencia de la Comisión. Organizaciones de la sociedad civil de defensa de derechos humanos, muchos de ellos aquí presentes, han jugado un papel fundamental en la defensa de las víctimas, frente la culpabilidad del régimen. El fortalecimiento de capacidades no gubernamentales en la vigilancia de estos derechos es un caso concreto de cómo la vitalidad de la sociedad civil ayuda a resolver problemas en la región.

Esperamos que, con el retiro de la delegación oficial del régimen actual de Nicaragua, las organizaciones puedan seguir teniendo un espacio en la OEA para canalizar denuncias e información al más alto nivel.

El ejemplo de los derechos humanos puede fácilmente extenderse a otros temas, al estar grupos vulnerables en Nicaragua bajo el asedio y la represión, mientras el régimen atenta contra el medio ambiente, viola los derechos a la educación de los jóvenes y elimina la participación ciudadana.

En nombre y representación de todos los nicaragüenses aquí presentes, instamos a la OEA a seguir tomando en cuenta nuestras voces. Este diálogo ayuda a ampliar el involucramiento de la sociedad civil organizada con cada uno de los pilares de trabajo de la OEA. De este diálogo deben salir, mejores políticas públicas y privadas, espacios de trabajo adicionales con metas específicas que ayuden a la población. Una de las virtudes de este tipo de diálogo, es que no está atado por las rigideces del diálogo formal entre naciones. En otras palabras, que la energía que surge del activismo de las organizaciones aquí presentes, sean ese motor que dinamice el trabajo de la OEA en materia de derechos, equidad y atención a los más desfavorecidos de nuestras sociedades. Porque es hacia los más favorecidos a quienes debemos orientar toda nuestra atención, tanto Gobiernos cómo organizaciones de la sociedad civil.

Gracias

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Por Juan Sebastian Chamorro

Político y economista comprometido con el desarrollo y el futuro de Nicaragua. Académico visitante en políticas públicas en el Kellogg Institute de la Universidad de Notre Dame. Miembro del Directorio Político de la Concertación Democrática Nicaragüense Monteverde. Activista por la defensa de los Derechos Humanos y la Democracia. Preso Político de junio 2021 a febrero 2023. Precandidato a la Presidencia de la República. Director Ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia del 2019 a enero del 2021 y Director Ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social FUNIDES. Director Ejecutivo de Macesa, Director General de la Cuenta Reto del Milenio, Vice Ministro de Hacienda y Crédito Público, Secretario Técnico de la Presidencia de la República y Director del Sistema Nacional de Inversiones Públicas.
Doctor (Ph.D) en Economía por la Universidad de Wisconsin-Madison, con especialidad en Econometría y Desarrollo Económico, Máster en Economía por la Universidad de Georgetown con mención especial en Políticas Sociales y Licenciado en Economía (graduado Magna Cum Laude) por la Universidad de San Francisco, California. Casado con Victoria Cárdenas y padre de Victoria Isabel.

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