El pasado 27 de febrero, expresé mi voluntad de postularme a la candidatura a la presidencia de la República. También me comprometí a hacerlo, solo si se consolida una plataforma unitaria que integre a la mayoría de las fuerzas políticas que quieren una verdadera transformación democrática para Nicaragua.
Como lo he sostenido, la unidad es necesaria para que el pueblo nicaragüense vea que estamos haciendo las cosas bien. Que estamos dejando a un lado nuestras diferencias; y que nos estamos juntando para hacerle frente a esta dictadura que nos reprime, y que solo unidos podremos vencer.
En estos momentos en los que la falta de democracia es el mal mayor que nos aqueja, la prioridad debe ser consolidar la unidad. Esa unidad que aún está en ciernes, es decir, que apenas se comienza a formar.
Afortunadamente ya se empiezan a percibir señales de comunicación entre las diferentes fuerzas opositoras. En estos acercamientos se tiene que comenzar a esbozar lo que debe ser esa plataforma unitaria.
Además, para garantizar la participación de la oposición como un solo bloque, la mayoría de precandidatos hemos firmamos un acuerdo de unidad. Este garantizará que si después de analizar las condiciones decidimos participar en las elecciones, nos someteremos a un mecanismo participativo, plural, democrático y creíble, en el que se escogerá al candidato o candidata única.
Pilares del plan de gobierno
Este acuerdo debe darle seguridad a la población de que los precandidatos estamos comprometimos con esa unidad. Unidad que es requisito indispensable para crear un frente común que nos garantice ganar las elecciones con un candidato único.
He dicho que aspiro a ser ese candidato y he presentado los ejes de mi plan de gobierno. Las propuestas e ideas con las que planeo sacar a nuestra querida Nicaragua de la crisis política, social y económica que enfrenta.
Mi plan tiene tres pilares fundamentales:
- Justicia y Estado de derecho; para que nunca más nadie esté por encima de la ley y se garantice la independencia de los poderes del Estado.
- Crecimiento económico sostenido; para garantizar la generación de empleos mediante la atracción de inversión. Tanto privada —nacional y extranjera— como pública y el apoyo de la cooperación internacional; para encaminar a Nicaragua hacia la transformación productiva.
- Una política social que atienda a los más necesitados con igualdad de oportunidades. Salud y educación de calidad, viviendas dignas y accesibles, seguridad social, agua y saneamiento y una política para los jóvenes.
El proceso de unidad debe madurar en esta plataforma unitaria que decida, entre otras cosas, las reglas y el mecanismo específico de la selección de las candidaturas. Tal como lo hizo la Unión Nacional Opositora (UNO) en 1990; donde las principales agrupaciones políticas acordaron por medio de la votación directa, la nominación de Violeta Barrios de Chamorro.
Alianza electoral se debe consolidar
Una vez consolidada, la primera decisión que debe tomar esta plataforma o alianza electoral es sobre el diseño e implementación de ese mecanismo creíble y democrático para elegir al candidato único. Para que quien resulte electo, tenga toda la legitimidad posible para hacerle frente a la dictadura. Ese debe ser el primer paso para que en la nueva Nicaragua democrática, el dedazo sea una práctica del pasado, al igual que el caudillismo.
Estoy convencido que la alianza electoral se debe consolidar. Porque las circunstancias nos obligan a dejar de lado nuestros intereses personales, partidarios e ideológicos, para anteponer los intereses de Nicaragua.
Si lo logramos la patria nos lo premiará; y si no lo hacemos, ella misma nos lo demandará en el futuro. Demostremos nuestro amor por Nicaragua; pongámonos a la altura de lo que la patria nos demanda.